Cumplir años no significa hacer menos ejercicio. ¡Ni mucho menos! Ahora más que nunca necesitas sentirte bien física y emocionalmente.
Sopladas 40 velas en la tarta, las mujeres empiezan a quemar calorías más despacio. Pero los cambios físicos no terminan ahí:
- Se pierde tono muscular y densidad en los huesos.
- Se es más propensa a ‘picotear’ en momentos de estrés.
- Se sufren más altibajos hormonales.
- Se reduce la movilidad.
- Disminuyen igualmente los reflejos.
- Dejan de funcionar los ejercicios y los hábitos alimenticios que antes servían para perder peso.
Quizás estos cambios pueden asustarte, pero no debe ser así. Tan solo son un aviso de que tienes que estar en forma para adentrarte en una nueva etapa. Es cierto que el envejecimiento es inevitable, aunque hay trucos para ralentizarlo o encararlo en mejor forma física. Por eso, cumplir años no es excusa para dejar de hacer deporte o empezar a practicarlo. Solo hay que saber qué necesita nuestro cuerpo a esta edad y qué rutinas pueden ayudarlo.
Para retrasar el envejecimiento
Los ejercicios de fuerza y de resistencia son claves para ganar masa muscular, mantener una buena salud, no perder densidad en los huesos y a la vez gozar de brazos con tono. Debes tener en cuenta que si aumentas músculo, serás capaz de quemar más calorías y cumplir con tus quehaceres diarios sin aumentar tu talla de ropa.
La buena noticia es que todos estos cambios se pueden retrasar con los ejercicios adecuados y rutinas que ayuden a nuestro cuerpo a funcionar mejor.
Eso sí, antes de comenzar cualquier rutina de ejercicio, sobre todo si no estás acostumbrada a hacer deporte, consulta con tu médico. También recuerda que no es preciso que te prepares para hacer un triatlón (si no quieres). Lo importante es que te mantengas en forma para sentirte bien.
¿Qué actividades son las más recomendables?
Los deportes acuáticos
Como la natación, el aquagym o el aquacycling. Nadar se considera uno de deportes más completos porque, además de proporcionar beneficios cardiovasculares, requiere que muevas todos los grandes grupos musculares. Además, el riesgo de lesionarte nadando es mínimo, así que es perfecto para todas las edades.
Ejercicios de cardio
Los deportes al aire libre, como la marcha o la bicicleta… ¡o caminar! ¿Por qué? Pues por sus múltiples ventajas. Andar es gratis, se puede realizar en cualquier lugar y al ser de bajo impacto, no requiere una gran preparación física. Si te atreves con una hora al día, ¡perfecto! Y si no, al menos saca 30 minutos de tu tiempo para caminar de vuelta del trabajo. Y, como mínimo, márcate caminatas de más o menos 30 minutos tres veces por semana.
Ejercicios de resistencia
Si la flacidez ya empieza a dejar huella en tu cuerpo, prueba con las pesas. No solo te ayudarán a tener unos brazos bonitos, sino también un cuerpo fuerte y más resistente a las caídas y a la enfermedad. Si adaptas el peso a tus posibilidades físicas conseguirás quemar calorías y aumentar la masa muscular, ya que el ejercicio con pesas activa el metabolismo durante más tiempo, por lo que evita que se acumule la grasa. Pero eso no es todo. También reduce los niveles de colesterol y el riesgo de sufrir osteoporosis, y facilita la llegada de nutrientes a las diferentes partes del cuerpo.
Estiramientos
No solo son obligatorios antes y después de realizar deporte para evitar lesiones, sino también como rutina de ejercicio por sí solos. Es decir, a mayor flexibilidad, menor posibilidad de daños. Las articulaciones y los músculos se vuelven más elásticos, reduciendo el riesgo de lesiones o contracturas. Además, el entrenamiento te rendirá más pues adoptarás buenas posturas y los movimientos podrán ser más amplios.
Bailar
Salsa, bailes de salón, jazz, zumba… Diferentes opciones donde elegir para que encuentres tu favorita. Y todas tienen las mismas ventajas: te obligan a salir de casa y arreglarte para la ocasión, son un estupendo ejercicio de coordinación, mantienen ágil no solo el cuerpo sino también la mente y las emociones. Y, por si fuera poco, el baile es una forma estupenda de relajarse, ya que mientras te mueves por la pista, no puedes pensar en otra cosa.
Pilates y yoga
Está claro que no son lo mismo. Y puedes sentirte atraída por una u otra disciplina. Pero ambas son muy recomendables y fáciles de realizar. Además, incluyen beneficios tan maravillosos como el aumento de la flexibilidad y tonificación de los músculos, porque en contra de la creencia popular, la elasticidad no se pierde sí o sí con la edad. También constituyen una estupenda terapia emocional que ayuda a controlar los altibajos hormonales que implica la menopausia.