La presencia de mujeres ejecutivas hacia el interior de las organizaciones es un signo de eficiencia corporativa. En efecto, hoy las empresas están comprendiendo al fin que ubicar personal femenino en puestos de decisión es altamente rentable y positivo. Ya no se trata de un equilibrio numérico entre ellas y ellos en roles de responsabilidad y liderazgo, sino más bien de entender que los cargos directivos en la piel de las mujeres son garantía de éxito.
Mujeres en roles de decisión: cada vez son más
Si bien todavía son una minoría, está creciendo el número de sillas de directorio ocupadas por mujeres. Ellas pisan fuerte dentro de la empresa y, de a poco, van golpeando, rompiendo y al fin atravesando el famoso techo de cristal que hasta ahora les había impedido alcanzar este tipo de puestos.
Aunque apenas el 17 % de los cargos de consejeros de las grandes empresas nacionales pertenecen a mujeres, ellas crecen en número en los comités asesores, liderando equipos y llevando a cabo proyectos que antaño solo se confiaban a quienes vestían de traje y corbata. Este es un avance significativo en el camino hacia la igualdad de géneros en el campo laboral.
Los cambios se deben a una multiplicidad de factores. ¿El más importante? La ya mencionada certeza de que las mujeres ejecutivas proporcionan a sus organizaciones un 15 % más de posibilidades de superar la media de ingresos operativos. Así lo demuestra un reciente estudio sobre las ventajas de apostar por una mayor diversidad de género dentro del mundo empresarial.
Liderazgo femenino y cargos de responsabilidad
Pese a que, en proporción, todavía son pocas las empresas que apuestan por las mujeres en roles de decisión, cada día son más. Las mundialmente reconocidas Banco Santander, BBVA, Iberdrola y Telefónica, por ejemplo, son cuatro de las compañías nacionales destacadas en el último índice Bloomberg de igualdad de género (de 2018). Ello demuestra que no es una utopía pensar en la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en el ámbito laboral. No solo por el derecho de ellas a recibir igual salario que sus colegas y acceder a los mismos cargos de responsabilidad, sino porque está estudiado que el liderazgo femenino da sus frutos. ¡Económicos! Claro está.
A las empresas les da buena reputación apostar por las empresarias de alto rango pero, por encima de ello, les da dinero y es probable que por esta razón la tendencia positiva siga en ascenso. Como sea, lo importante es que las mujeres ejecutivas llegaron a los despachos directivos para quedarse.
Ya es un hecho en España; una realidad palpable. La cima del escalafón dentro de las corporaciones es terreno ocupado y conquistado; le pertenece hoy a miles de gerentas y presidentas de compañías que, en todo el mundo, se han ganado su lugar destacado. Ellas van abriendo camino a las futuras generaciones que ya no tendrán que lidiar con el techo de cristal para acceder a cargos profesionales y trabajar codo a codo con sus colegas varones. ¡Enhorabuena!
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