A pesar de todas las ventajas que tiene, nuestros niños no hacen suficiente ejercicio físico. Para fomentar la práctica del deporte, conviene animarles a practicarlo desde pequeñitos. ¿Cuál elegir?
Recientemente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha presentado un Plan de Acción Global para promover la actividad física, con el objetivo de reducir en un 15 % el sedentarismo en adultos y adolescentes hasta 2030. Y es que, a pesar de los múltiples beneficios que se sabe que tiene el deporte, las estadísticas indican que no nos movemos lo suficiente, ni siquiera de niños.
Entre los 5 y los 17 años, la OMS aconseja realizar al menos una hora diaria de ejercicio físico y al menos tres veces más por semana, hacer otro tipo de actividades que ayuden a fortalecer huesos y músculos. Sin embargo, según el último informe del Portal Faros de Promoción de la Salud y el Bienestar Infantil del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona, avalado por el Consejo Superior de Deportes, «el 80% de las niñas y adolescentes no alcanza estos mínimos». Los varones, en general, hacen más deporte porque suelen jugar al fútbol en los patios de los colegios.
Según este estudio, a los 6 años el porcentaje de niños que hace deporte es un 6,9 % superior al de las niñas y en la adolescencia el abandono es de un 13 % entre las chicas y un 5,9 % entre los chicos.
Hacer deporte tiene muchas ventajas
El ejercicio físico tiene muchas ventajas para la salud: previene la obesidad; mejora la capacidad pulmonar y la resistencia física, aporta beneficios psicológicos, enseña a perder, a respetar al adversario y a colaborar en grupo, mejora la tolerancia al estrés, ayuda a establecer relaciones sociales y, además, previene el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas.
Por ello, es fundamental promover la pasión por algún deporte en los niños desde pequeñitos. ¿Cuál elegir?
En principio cualquier ejercicio es bueno siempre que suponga un riesgo físico y no supongo un esfuerzo excesivo para el niño. Lo ideal es que el niño conozca diferentes actividades porque poder elegir libremente después la que más le guste.
Deportes de equipo
Fútbol, baloncesto, voleibol, hockey… Los deportes de equipo les enseñan a respetar las reglas y fomentan la sociabilidad y el compañerismo.
Se pueden empezar a practicar desde los 6 años, pero sin hacer especial hincapié en las reglas, porque todavía no las entienden bien. Hay que evitar ser muy competitivo. Lo importante es que disfruten.
Deportes aeróbicos al aire libre
Natación, el atletismo, running, bicicleta, patinaje, esquí… Todos son estupendos para descargar tensiones.
La natación es muy completa para el desarrollo muscular, mejora la capacidad pulmonar y la coordinación de movimientos. Conviene proteger los ojos con gafas y tener cuidado con los cambios de temperatura. Si el niño tiene muchas otitis conviene consultarlo con el médico.
La bici estimula el sentido del equilibrio y la coordinación de movimientos. Además, es una opción estupenda para practicar en familia. Fundamental: proteger la cabeza con un casco.
El atletismo es una buena opción para los niños muy nerviosos, pues les obliga a concentrarse y al mismo tiempo les permite descargar adrenalina.
El patinaje mejora el equilibrio y fortalece los músculos de las piernas. Hay que proteger bien la cabeza, las muñecas, los codos y las rodillas antes posibles caídas.
El esquí aumenta la agilidad y les da seguridad Es importante equipar adecuadamente a los niños frente al frío y, sobre todo, protegerles bien de las radiaciones solares que en la montaña son muy intensas. Conviene que hagan un cursillo con monitores especializados
Artes marciales
Judo, Kárate… ayudan a canalizar agresividad y a superar miedos, al tiempo que enseñan el respeto al contrario.
Deportes de raqueta
Ping-pong, tenis, bádminton… Mejoran la coordinación y aumentan la elasticidad. Conviene empezar con deportes suaves como el Ping-Pong y el tenis. El squash, pádel y bádminton deben dejarse para más adelante ya que requieren mucha fuerza y potencia muscular
Gimnasia rítmica
Desarrolla la expresividad corporal y el sentido del ritmo. Ahora bien, debe plantearse como una simple afición y no como un reto.
Ellos deben elegir
Al orientar a los niños hacia una actividad deportiva hemos de tener en cuenta sus posibilidades y las limitaciones de su edad. Nunca hay que forzar a un niño a participar en un deporte si lo rechaza, ni regañarle si lo hace mal. Debe ser algo lúdico. Y sobre todo, nunca hay que imponerles nuestras preferencias. Son ellos los que deben elegir.