Una mujer con hijos ve claras las ventajas de contar con un seguro de vida que proteja a las personas que más quiere en el caso de que ella falte. Pero cuando está sola y no tiene herederos a los que beneficiar, no suele pensar igual. Craso error. Los seguros de vida no son solo para los demás, sino que pueden serlo todo para una misma ante una invalidez permanente o una larga enfermedad.
Más de cuatro millones de españoles viven solos (4.687.400), el 25 % de los hogares está habitado por una persona nada más y las mujeres que viven a solas son 2.502.700, según el Instituto Nacional de Estadística en su última Encuesta Continua de Hogares publicada en 2018.
Cuando la mujer vive en pareja y además es madre quiere proteger a su familia a toda costa. Necesita estar tranquila sabiendo que, si a ella le ocurriera algo, sus hijos podrían seguir en su mismo colegio y acabar sus estudios, que continuarían viviendo en su hogar porque sería posible hacer frente a los gastos de hipoteca aunque sus ingresos desaparecieran, que alguien se ocuparía de cuidar a los niños… Pero esas preocupaciones no las tiene una mujer sola. ¿Para qué quiere pagar una póliza de seguro de vida que cobre alguien a su muerte o incluso que pase al Estado si no tiene herederos?
Las familias necesitan un seguro de vida, pero más todavía las mujeres solas. Estas son las razones:
1. La mujer sola necesita un seguro de vida si tiene deudas
Lo primero que conviene saber es que cuando uno muere no solo deja sus bienes, como la casa, el coche, sus enseres personales, las cuentas bancarias…, sino también sus deudas. Es raro que alguien esté completamente solo en el mundo y que sus propiedades pasen al Estado tras su muerte. Lo normal es que exista algún heredero, aunque sea lejano. Así que no está bien dejar que nuestros problemas los resuelvan otros.
Si la mujer tiene compromisos de pago no asumidos, sus herederos directos o indirectos tendrán que hacerse cargo de la liquidación. Estas personas pueden necesitar la ayuda de un seguro de vida, porque incluso si heredan una casa, tendrán que hacer frente al impuesto de sociedades y quizá no puedan afrontarlo, con lo que deberán renunciar a la herencia a favor del Estado. Y otra cosa, se verán obligados a pagar los gastos del sepelio si la mujer sola con cuenta con un seguro que los cubra.
2. La mujer sola puede beneficiar a quien desee
Otra cosa importante es que un seguro de vida puede tener a cualquiera como beneficiario, no necesariamente tiene que ser la familia. Esto significa que por una pequeña cantidad anual la titular podrá favorecer a quien desee, una amiga, alguien que la cuide, un novio, una familia desfavorecida, una institución benéfica…
La tomadora del seguro puede designar libremente a uno o varios beneficiarios y también hacerlo en distintos porcentajes si lo prefiere. De este modo, tiene la tranquilidad de que, si a ella le pasa algo, no se beneficiarán personas que no le gustan, familiares que le caen mal, cuñados o exparejas de los que no desea saber nada.
3. La mujer sola debe pensar en sí misma
La tercera cosa que debe saber una mujer sola, y la más importante, es que la principal beneficiaria de su seguro de vida puede ser ella misma. Las mujeres con pareja, con hijos, con familia pueden contar con su ayuda en caso de necesidad, pero una mujer single tendrá más difícil que alguien le eche una mano si sufre una invalidez o una enfermedad que le impida trabajar y ganarse la vida. ¿Alguien va a mantenerla? ¿Podrá pagar a quien la atienda si no puede valerse por sí misma? ¿De dónde saldrán los ingresos para seguir pagando los gastos, aumentados en caso de problemas de incapacidad o de salud?
Es cierto que si la mujer es una profesional que cotiza a la Seguridad Social tendrá derecho a una pensión, pero las cantidades son muy muy inferiores al sueldo que se cobra, y justo cuando más dinero se necesita. En ocasiones, esos porcentajes de subsidio son ridículos y además se ofrecen solo por un tiempo limitado. No digamos si la mujer es autónoma, entonces probablemente su situación sea desesperada.
Los seguros de vida cubren también la invalidez
La mujer sola necesita contratar un seguro de vida que cubra su invalidez para casos de accidente o enfermedad. Y que sea por cualquier causa, desde un ictus a una caída o un cáncer, pasando por una insuficiencia renal o un trasplante.
Existen seguros pensados específicamente para mujeres solas, que entregarán un capital a quien la titular elija en caso de que ella fallezca, que cubrirán los gastos del sepelio, pero que también le darán a ella una cantidad en situaciones difíciles, como, por ejemplo, si se queda en una silla de ruedas o si un accidente le impide realizar su trabajo. También, si sufre un cáncer femenino, como tumores de mama, útero y ovarios.
Algunos de estos seguros de vida pensados para mujeres solas incluyen ayuda psicológica para cuando se atraviesan este tipo de situaciones y asistencia médica telefónica durante las 24 horas del día para evitar preocupaciones y tomar medidas a tiempo.
Los seguros de vida pensados para mujeres solas tienen una gran variedad de coberturas, dependiendo de la compañía y del tipo de póliza que se contrate, como adaptación del hogar y del vehículo a las nuevas necesidades, reparaciones domésticas, ayudas a domicilio…
Y se pueden cobrar de una sola vez, todo el capital, o bien en forma de renta. Estamos hablando de capitales de muchos miles de euros a cambio de un solo pago anual de no más de 75 €. Lo importante es que estos seguros de vida para mujeres solas cubran absolutamente todo lo necesario y que no existan equívocos cuando más se necesiten. Para ello, hay que comparar no solo precios sino también coberturas. O, mejor, contar con un experto corredor de seguros que trabaje con todas las compañías, que busque un seguro de vida e invalidez en las mejores condiciones económicas posibles, con una baja cuota, un gran capital y amplias coberturas.
Una mujer sola no debe esperar a que ocurra algo para contratar un seguro de vida. Las desgracias surgen cada día y puede que mañana sea tarde. La vida se disfruta más cuando se vive sin preocupaciones.