Los trabajos feminizados son aquellos en los que la mayoría de los empleados son mujeres. Históricamente, hay determinadas profesiones que han sido realizadas por mujeres, como pueden ser la profesión de cuidadora de niños, enfermería, o las labores del hogar. Y a pesar de los esfuerzos a través de los años de incluir a las mujeres en todo tipo de sectores laborales, la realidad es que estos «trabajos para mujeres» son más precarios y están peor pagados.
La brecha salarial de los trabajos feminizados
Resulta sorprendente cómo en el siglo en el que vivimos exista una enorme devaluación de aquellas profesiones en las que mayoritariamente hay mujeres trabajando. Las profesiones que emplean en mayor parte a los hombres se pagan mejor y, cuando hablamos de mejor, estamos refiriéndonos a que la brecha salarial en determinados puestos es enorme.
Por ejemplo, analizando puestos en los que en su mayoría son mujeres, encontramos que el salario medio es de 1016 euros, mientras que, en las profesiones masculinizadas, el salario medio es de 1789 euros. Por lo tanto, una persona que trabaje en una profesión feminizada está dejando de ganar 700 euros. Hablamos de trabajos que requieren el mismo nivel de calificación, para que las diferencias sean mínimas.
Siendo más concretas, si hablamos del sector servicios y trabajadores de venta, podemos comprobar que una cuidadora de personas mayores, mayoritariamente mujeres, cobran hasta 1000 euros menos que un personal de seguridad de una tienda de ropa, que en su mayoría son hombres. Esta devaluación está ligada a la evaluación de los trabajos que históricamente han sido realizados por mujeres, considerando estas profesiones de menor valor que las realizadas por hombres.
Y estas consideraciones afectan al salario de muchas mujeres de nuestro país, tanto que incluso realizando los mismos trabajos que los hombres, llegamos a recibir un salario mucho menor que ellos. Desde las administraciones del país se llevan a cabo propuestas para intentar reducir esta brecha de la que hablamos, como puede ser el potenciar e impulsar el acceso a mujeres a puestos de dirección, sin embargo, no se trata el hecho de que existan trabajos para mujeres.
Las profesiones ocupadas principalmente por las mujeres
Las ocupaciones en las que las mujeres están más presentes que los hombres son aquellas relacionadas con las labores domésticas, siendo el 97,7% del porcentaje total. En segundo lugar, la enseñanza, con una presencia del 96,7%. Le siguen la profesión de cuidadora, auxiliar de enfermería y del sector de limpieza.
Las mujeres también nos dedicamos mayoritariamente a la enfermería, a ser peluqueras, cajeras y a ser vendedoras. En profesiones más equiparadas con los hombres, encontramos las ocupaciones de periodistas, medicina, farmacia o guías turísticas. Por el contrario, las ocupaciones en las que las mujeres apenas tienen presencia son como conductoras, ingenieras técnicas, policías o ejecutivas.
Para superar esta brecha debemos plantearnos y cuestionar el valor que le otorgamos a los trabajos que llevamos años asociando a las mujeres, reconociendo que son trabajos igual de dignos e importantes que los empleos masculinizados, por lo que deben ser mejor pagados y más valorados. Este será el primer paso para eliminar el concepto de trabajos feminizados.
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